Cultura

La canción del tiempo perdido

Tiempo, no tengo tiempo, tiempo, necesito tiempo, vivo sin tiempo, ahora aquí, ahora allí, ahora con esto, ahora con aquello, esto es un sin vivir, necesito tiempo, para vivir, para escribir, para trabajar, para soñar, para morir.

Tiempo, no tengo tiempo, tiempo, las horas se me echan encima, tiempo, tiempo, me quedo sin pelo, por falta de tiempo, la angustia del tiempo que se acaba, la melancolía del tiempo que se esfuma, ¿hacia dónde? Nadie lo sabe, sólo el tiempo.

Tiempo, no tengo tiempo, quiero hacer más, pero no puedo, por falta de tiempo, obligaciones, pasiones, aficiones, amores, desamores y encuentros azarosos me llenan el tiempo, un tiempo que no se estira, es el que es, pero yo necesito tiempo.

Tiempo, tiempo, podría vivir sin el resto de dimensiones a cambio de más tiempo, un añadido en mi cuarta dimensión, tiempo, tiempo, por gloria divina, felación diabólica o ultraje postmortem, no importa, sólo importa el tiempo.

Tiempo, no tengo tiempo, lo tiene todo mi gato, Zizou, todo el tiempo es suyo, le propongo un trueque de segundos, de minutos, de horas, pero sólo recibo un maullido por respuesta, se queda con su tiempo, y yo sin él.

Tiempo, mi reino por más tiempo, unas migajas en las que poder desarrollarme, como persona, como hombre, como ser humano, pero no tengo tiempo, me quedé sin tiempo, las canas así me lo indican, la goma del tiempo no da más de sí.

Tiempo, tiempo, quiero más tiempo, tiempo que perder, tiempo para aburrirme, tiempo para no saber que hacer, porque ahora, ahora todo mi tiempo tiene un fin, y muchos fines se quedan sin tiempo, porque me quedé sin tiempo.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.