Sociopolítica

Libertad, según donde se mire

El amplio sentido conceptual de Libertad nadie lo discute, salvo en determinadas circunstancias concretas. Allí es donde comienzan a aparecer las diferencias y matices en la interpretación, con el objeto de sustanciarlas según la óptica de los intereses en juego.

Varios enfoques han abordado e interpretado el concepto mismo de Libertad: tanto religiosos como  históricos; a través de la ética, y  desde la filosofía.

Se argumenta que, siendo el ser humano libre, no lo es del todo, pues toda actividad es regulada por pautas de conducta que dicen lo que debe o no hacer. Una contradicción se suma en la definición, pues al ser la conducta regulada por normas, existe la disyuntiva sobre aquello que el individuo decide o no hacer, otorgándole  otra acepción a la palabra libertad: el libre albedrío.

Juan Monroy define que, “la única posibilidad que tuvo el animal humano para subsistir dependió de la formación de grupos (clanes, tribus, gens). Lo que explica un rasgo del hombre tan antiguo como su existencia: su sociabilidad”.  Marx añade que, “el hombre se hace a sí mismo a través de la historia, en la sociedad y transformando la naturaleza. Así, pues, la persona es un ser activo, práctico, siendo el trabajo su actividad principal. El trabajo pone en relación al hombre con la naturaleza y con los demás individuos, construyendo así, la sociedad, de tal manera que la esencia humana es en realidad, el conjunto de las relaciones sociales. Resulta pues, que no es la consciencia la que determina su ser, sino a la inversa, su ser social es la que determina su consciencia”. También afirma que, “todo sistema de producción se basa en su organización social”; es así que su reproducción productiva radica en  la estructura económica de la sociedad  amalgamada por una “superestructura”, desde las cuales se elevan un conjunto de ideas, creencias, costumbres y normas, llamadas “Ideológicas”, plasmadas en instituciones Jurídicos-políticos (donde reglamentan el conjunto de la sociedad).

Marx, interpreta al hombre en su realización en relación con la naturaleza. Bajo la sociedad capitalista, el trabajador asalariado (el que vende su fuerza de trabajo), produce una alienación.  Si bien este autor distingue varios tipos de alienación, otorga una importancia mayor al “trabajo enajenado”, del cual, el producto elaborado al convertirse en capital de otros aparece ante el trabajador como un ser extraño, que él no posee ni domina, que por lo tanto el sujeto se cosifica, se convierte en mercancía. De ello deriva que cada trabajador lo hace para sí mismo, cortando toda relación con la humanidad.

Ejemplos abundan  sobre la libertad; más, cuando la realidad testaruda se impone  dejando expuesta la verdadera intensión, la interpretación de aquellos que pregonan a boca llena el sentido de la misma, deja velado su verdadero rostro.

Un ejemplo cercano…

Mientras leía portales y sitios españoles, a propósito de la “marcha negra” que realizaron los mineros asturianos hasta Madrid por reclamos – a mi entender bien justificados-, me inquietaba la virulencia con la que trataban los medios, periodistas y columnistas el tema dejando en segundo plano el verdadero motor de su movilización. Argumentaban algunos, insistentemente, que la marcha entorpecía el libre tránsito y que de ello debiera establecerse un escarmiento por dicha falta. Otros fueron más allá, solicitando al borde del paroxismo que los mismos mineros  fueran ¡incendiados!, para dejar de protestar (este último fue publicado en un blog “amigo” de un portal español de manifiesta tendencia liberal). Inmediatamente  vino a mi memoria el 3 de mayo pasado, cuando en Barcelona se reunieron los representantes de bancos europeos (BCE) – quienes debatieron entonces los programas draconianos de austeridad y rescates hacia bancos comprometidos-. El Gobierno de Rajoy, sin ahorrar costo alguno, restableció por casi una semana los controles fronterizos con Francia, a la vez una suspensión temporal del acuerdo de SCHENGER “de libre circulación” de ciudadanos entre los 27 países miembros del bloque comunitario. Para ello se utilizó 3.500 efectivos de la policía y de la guardia civil española, para reforzar el dispositivo de seguridad de la ciudad catalana, al que se agregaron unos 4.500 de los Mossos d’Equadra (policía catalana). De este último acontecimiento que relato, no he escuchado desde ningún medio, que pidieran ir al cadalso a alguno, por interrumpir por casi una semana el “libre tránsito”…Excusas que tienen los dueños del capital para tal reglamentación; para los mineros, solícitos aúllan ¡“palos para amansar ideas”!, como hacía decir Quino, en boca de Mafalda.

¡Vaya concepción libertaria de estos humanistas que se autodefinen como tal!.  ¿Cuáles son sus parámetros? y ¿desde qué  pedestal se posicionan para dar sustentabilidad conceptual y dirimir quién es libre y quién no?.

Muchas veces me han respondido con la re manida frase: “la libertad de uno termina donde empieza la del otro”, cuando surgía algún conflicto específico en Argentina al que debatíamos  sobre su legitimidad o no. Por cierto y luego de largas lides, se llegaba a la conclusión, que en una sociedad dividida en clases y raleas dominantes, esta frase afirmaba que la libertad del individuo está acotada, en tanto  suponga una amenaza hacia aquellos  privilegios que las ostentan.

Cuando los ejemplos, no abundan

Los liberales “amantes de la libertad” tienen como guía democrática y sujetos a la concepción de libertad, a un país que se caracteriza por ser unos de los más paradigmáticos de la tierra: EEUU. La censura terrorífica que impusieron desde los distintos gobiernos hacia los medios periodísticos en la llamada Guerra del Golfo, o sobre los atentados contra las torres gemelas y/o casos, como la actual debacle económica por la que atraviesan  –por poner de ejemplos-.Sin lugar a dudas, semeja lo que otrora fuera el Stalinismo en la ex URSS, en lo que es prensa libre y tratos humanos se refiere. Para los estadounidenses, campeones mundiales en preparar golpes de estados o invasiones en América Latina – y otras latitudes-, no existe el otro. Solamente ellos velan por su propia  “seguridad interna”(seguridad de sus capitales), a costa de millones de desamparados, mutilados o muertos en operaciones “quirúrgicas” e inventadas donde interviniesen. Eso se invisibiliza…por lo tanto, no existe. Consta en pequeña medida para sus propios muertos;  para la los otros…nada.  A pesar de todo, los estadounidenses siguen llamándose los paladines de la Libertad, señalando su sacrosanta estatua ubicada en la ciudad de Nueva York, regalada por los Franceses  (04/07/1884)  como “símbolo de la libertad de los oprimidos”. ¡Vaya paradoja!.

 

Sin embargo y según mi modesto entender, la libertad, lejos de limitar se complementa con la libertad del otro: cuanto más libre soy, más libre es el otro y viceversa. Es una construcción dialéctica y permanente en donde el librepensamiento  debe complementarse  mutuamente con el desarrollo material de la sociedad.

Cuando el ser humano pueda decidir, realizarse y  pensar libremente en una sociedad que tenga por centro dichos valores, será entonces innecesaria la sumisión a otro ser humano….por ende, tampoco habrá motivos para guerras, genocidios ni intereses mezquinos. Y el capital pasará a ser entonces,  la vida.

 

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.