Sociopolítica

El gemido de los individualistas

Es misión de la juventud tomar a los ciegos de la mano y guiarlos hacia el porvenir. Arrastrarlos si dudan; abandonarlos si resisten. Todo es posible, menos convencerlos. A cierta altura de la vida la ceguera es un mal irreparable. José Ingenieros

Las cooperativas poseen doble carácter: son empresas económicas y son organizaciones sociales, todo ello en función a su doctrina, a su filosofía y a su proyección socio-económica transforideas-individualismo-desmotivacionesmadora, esencialmente transformadora.

Internamente pues, las cooperativas reclaman de sus miembros el ajuste de actitudes, pensamiento y acción acordes a ciertos y determinados valores y principios que sirven como guías para el buen desempeño que sus objetivos establecieron.

Allí, en ese instante de la vida cooperativa es dónde se visualiza de qué están hechos los directivos y asociados. Son propiamente interpelados en su capacidad de cambio, de transformación mental a nivel individual y grupal para construirse en hombres y mujeres aptos para la cooperación.

La auto-disciplina se convierte en el elemento valioso sobre el cual se construirá el edificio de la personalidad cooperativa, puesto que mediante ella se hará el pasaje, traumático por cierto, desde lo que implica ser individualista y quebrar esa mentalidad y elevarse al escalón superior cooperativo.

Factores de vital importancia en una organización cooperativa son la disciplina y la auto-disciplina. Pero de ninguna manera entendidas estas cuestiones desde el punto de vista liberal, nada más alejada de ellas, veamos por qué:

Porque la disciplina liberal es autoritaria e impuesta coercitivamente, ya sea abierta o solapadamente, con el propósito de domesticar a las personas. Psíquicamente, a través de lo que se conoce como el mecanismo de estimulo-reacción, el individuo ha sido condicionado a responder.

En la sociedad el individuo responde irreflexivamente, sin comprender y por tanto, prepara en su interior animadversión hacia la disciplina no obstante ser obediente a las normas de un orden social injusto que lo margina y perjudica.

El individualismo, como mecanismo psíquico de las personas sin conciencia social, les hace reproductores de la dinámica fragmentaria social y de tal modo son inhábiles para la acción mancomunada y así son manzanas podridas en organizaciones solidarias, populares y movimientos sociales.

De allí que en el ambiente cooperativo se hable con justeza de re-educación. Proceso que involucra deshacerse del mal hábito de pensar y actuar individualmente y al mismo tiempo incorporar costumbres cooperativas. Lectura grupal, análisis y debates respetuosos pronto marcan diferencias.

El modelo capitalista se sostiene, se asienta y se reproduce en mentes individualistas, convirtiendo a los desprevenidos en elementos de corrupción para que impidan el trabajo en equipo, entorpezcan el cultivo de una dirección conjunta y dificulten permanentemente la cohesión doctrinaria.

El proceso educativo y de capacitación cooperativa debe ofrecer herramientas teóricas y prácticas fuertes para aniquilar díscolas conductas, de manera sostenida y expresamente abordadas. Debemos avanzar hacia otra cultura social que asegure el pensamiento cooperativo.

El individualismo envicia los esfuerzos de construir una organización verdaderamente cooperativa. El gemido de los individualistas deprime, son derrotistas, son portadores del fracaso, son los huevos de las serpientes incubados en nidos de palomas de la paz, son los idiotas útiles afines a quienes producen desolación y miseria.

El modelo cooperativo se sostiene, se asienta y se reproduce en mentes cooperativas.

¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.