Cultura

El hijo pródigo ha regresado: La Visita (2015)

La_visita-714239562-largeEl hijo pródigo ha regresado

La ruptura de los lazos afectivos, la culpa, el rencor y el anhelo de remendarlos, esos son las reales constantes del cine de M. Night Shyamalan. Dentro de su estilo y destreza en los efectismos fílmicos, siempre vemos personajes confrontando las cargas de su pasado e inseguridades, adquiriendo un inmenso coraje al recuperar tanto el amor propio como hacia los seres queridos. Todo empaquetado en una engañosa pero efectiva cúpula del género que mejor domina.

Ahora, en sus últimos trabajos vimos disueltas sus señas de autor en productos bochornosos de encargo; por supuesto, me gusta ver a un director saliendo de la zona de confort y pruebe  su valía, aunque en el caso de Night su legítima ambición paso a la más ridícula pretensión, cuidando demasiado los artificios sobre el relato y lo que deseaba transmitir. Tal desvió quizás empezó con La Dama en el Agua y fue más notorio en The Last Airbender; un insulto -como fan- a la fantástica serie de Bryan Konietzko y Michael Dante DiMartino. No obstante, luego de ver The Visit, su nueva pieza y retorno al “terror”, ocurrió algo, cuando terminó dije en voz alta: ¡Regresaste… maldita sea, regresaste!

Pero antes, ¿de qué trata?…  Pues dos hermanos, Rebecca y Tyler, pasan una semana con sus abuelos en una remota granja; mientras su madre Paula –quien lleva 15 años sin hablar con sus padres- va con su actual novio a un crucero. Ambos chicos aprovechan la oportunidad de grabar un documental sobre la experiencia de conocer por fin a la anciana pareja, sin embargo durante ese tiempo descubren algo bastante inquietante en ellos.

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Luego de la euforia inicial pensé en ella por largo rato, hasta darme cuenta del excelso trabajo que fue, e incluso me atrevo a situarla como la mejor pieza de Found Footage en mucho tiempo. Por supuesto posee sus licencias o atajos para que funcionen ciertas situaciones y sensaciones, pero en síntesis Shyamalan toma el formato, lo enriquece y experimenta de manera muy inteligente con él. Resulta en ironía su obra más meticulosa desde El Protegido o La Aldea, sin llegar a tal nivel obvio. Es un resultado tan interesante como la primera Rec, en lugar de otra estupidez del calibre de Actividad Paranormal.

Consigue variar un poco en la construcción de personajes, ya no son tan densos como en sus anteriores cintas, sino bidimensionales con unos toques extra. Mediante precisos diálogos y sencillas características brindan una mayor cercanía por la profundidad o trasfondo necesarios. Su desarrollo es directo, sin adornos grandilocuentes. Retorna no solo a lo cotidiano, sino a lo esencial.

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Gracias a su modesta ejecución y bien llevado pulso narrativo, por fin ofrece giros de tuerca naturales, concisos y eficaces. Logra estremecer después de un correcto y creativo crescendo del suspenso en un tono ideal, con momentos realmente desconcertantes sin sacrificar parcialmente la coherencia interna, y si nos preocupan los involucrados. Hay empatía, seguimos el juego hasta una resolución aceptable, algo complaciente para mí, pero el clímax y conclusión para cada personaje son indicados.

Shyamalan da el primer paso, esperemos deje al despedazado e inerte realizador de encargo y retome al narrador comprometido con su voz. Nos gusten o no sus aportes al cine fantástico o de terror, debemos admitir que es un autor y a pesar de sus escollos, aun tiene mi admiración y respeto.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.