Ciencia

Ya les suspenderá la vida…

Pero mientras tanto, aprueban copiando.

Mi hijo es estudiante universitario, de una carrera de letras, como es Derecho, en donde prima el memorismo a ultranza, lo que es ideal para copiar.

Foto: Pixabay

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Según me cuenta, algunos avezados compañeros invierten más de mil euros en adquirir un minúsculo dispositivo electrónico, que se introducen en el oído, con ayuda de unas pinzas, y que les permite comunicarse con otro compañero, que en la tranquilidad de su casa, les va contestando –apuntes o libros en la mano, por supuesto-, a todas las preguntas de examen.

Y con este sistema algunos compañeros suyos están obteniendo calificaciones notables, e incluso sobresalientes, mientras que él se mata los cuernos estudiando mucho, la verdad…

Yo le digo para animarle: “no te preocupes, que ya les suspenderá la vida”, pero él me contesta diciendo que sí, pero que mientras tanto van aprobando, y en ocasiones obteniendo mejores calificaciones que las suyas. “Sólo falta que también copien en las oposiciones” me explica, y la verdad es que no se que decirle, pues razón no le falta.

¿Conoce la Universidad de Zaragoza esta situación? Quiero pensar que sí.

Y de ser así, ¿cómo no hacen nada para evitarlo?

Creo que hay unos aparatos inhibidores de los móviles que impedirían este envío de las respuestas correctas, al quedar bloqueados –supongo- esos audífonos o como se llamen, que reciben las contestaciones correctas a las preguntas planteadas.

O, como dice mi hijo, que las preguntas no fueran memorísticas, sino de pensar, de resolver problemas, que sirvieran para demostrar si se habían entendido los conceptos, instituciones jurídicas o teorías preguntadas, en definitiva, que no fueran fácilmente transmisibles con la simple lectura de un manual de la asignatura o de unos simples apuntes de clase.

El asunto es importante, pues hay estudiantes universitarios dignos de tal nombre, que pasan nueve meses al año acudiendo a las clases, participando en las prácticas, estudiando, memorizando, acudiendo a tutorías a preguntas dudas, etc., mientras que aquellos zánganos que se pasan el curso en el bar y por los pasillos, al final consiguen mejores notas que los alumnos trabajadores, lo que lógicamente les provoca una gran frustración, desánimo y pasotismo.

Ya les suspenderá la vida, si, pero mientras tanto figuran por delante de los alumnos que realmente trabajan, y sudan sus calificaciones…

España es así. ¡Al éxito con el mínimo esfuerzo! ¡Empleos públicos por enchufe, o copiando en las oposiciones correspondientes! Marca España.

Y que va por derecho, trabajando honradamente, que se joda. Haber nacido en otro país.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.