Cultura

Judaísmo, poesía y un foro sobre Oriente Medio

Del GRUPO SEQUOYAH (J. Romero, Dr. Higgs)

{En la revista SEQUOYAH, se ha publicado esta reseña de la participación de Carlos López Dzur, poeta y educador de nuestro Grupo, en un foro universitario sobre las relaciones entre judíos y musulmanes celebrado en una universidad local. López fue en calidad de poeta y creyente judío. Esta colaboración a Sequoyah se tradujo del inglés y publicará con el título «Benjamin Blech, alfabetos y silencios ocultos en la poesía social y profética de López Dzur». El foro de Chapman University se condujo en inglés, así como la memoria de los textos de cada deponente invitado].

El hebreo ha sido el lenguaje, tradicional e invocativo de los judíos. Cuando se habla en la vida diaria, se hace para elevar la santidad de los pensamientos y, en los templos. es el lenguaje de lo Sagrado. Es el lenguaje recitativo, de judíos de todo tipo. El yiddish, sin embargo, es mama-loshen que, aunque lenguaje materno, se utiliza en el hogar y la calle, no en el templo.

Sepan o no la lengua hebrea, los judíos asocian la misma a lo Creativo, al Decir Inicial y al Pre-Decir, como vimos en el texto de López Dzur. En alfabeto, tan sagrado como utilitario, como es el hebreo, la «Bait» es una letra especialmente significativa. El rabino Lawrence Kushner en su serie de libros sobre el alfabet, nos habla acerca de A Mystical Alef-Bait [Jewish Lights, 1990], una letra que abarca los dos más importantes símbolos del Cuerpo Materno: la Tierra y la Casa (o Morada). Carlos López Dzur nos señala, con su lectura, un poema («Bait») de la poeta argentina, Fanny Jaretón, y dilucida que ese Cuerpo Materno:significa muchas cosas:

«Este es un poema sobre la letra Bait; dicho desde la hablante lírica de una mujer judía. Fanny maneja un aliento invocativo de lo Divino y por lo divino, anhelo de crecer; pero está en la historia presente, sobre «la paja del polvo» y este mundo, tal como es, supone una fuerza obstruyente, acelerada y ensordecedora como un tren. Es difícil que se pueda oír la voz del Lenguaje Nuevo, el alfabeto oculto acerca del que Benjamin Blech hablara, construído con ‘latidos que ya no se oyen’, en medio de esas pruebas y ese mundo descrito en el poema… En este mundo, nos definimos como pasajeros. Sabemos que hay algo más y mejor que lo que nos ha tocado vivir. Es la promesa de lo ideal. Es lo que nos dice el Silencio para que no sucumbamos. Perseverar porque hay una Tierra Prometida… En esta «Ondulante Plegaria» de Fanny, la significación que ella da a Bait es la conclusión del poema: «La Morada que a partir de ahora será Nuestra». Y la
diferencia, entre la poesía suya y la mía, que coinciden en las mismas búsquedas es que su lenguaje es más erótico y sexualizado. Si te fijas: ella habla desde el cuerpo, la boca, los pezones, el gesto del deseo, temblores, alas y ondulaciones; mas la idea principal es la Casa, la Morada y la Geo-Existencia».

López Dzur estuvo compartiendo al grupo Sequoyah y de alumnos de Relaciones Internacionales de la Universidad Chapman, de Orange County, sobre sus percepciones de las relaciones entre judíos y otros pueblos del Oriente Medio. Siempre con hincapié en hacer distinciones entre el Estado de Israel y la comunidad judía ya que dentro de ésta, en cuanto ciudadanos posibles, los hay con las más diversas ideologías y creencias.

«No todos son sionistas ni son anti-islámicos, ni anti-palestinos», dijo para iniciar su participación en el foro previo de discusión sobre el reciente libro «Eclipse of the Sunnis», de la periodista, de ancestro judío-polaca, Deborah Amos, quien desde 1993 es corresponsal de ABC-News.

Fue interesante cómo López Dzur manejó un auditorio plagado de actitudes extremas, neo-sionistas, por un lado, y los mismos disertantes invitados, impregnados de una visión pesimista de las relaciones entre árabes y judíos. Excepto él, quien prefirió no ir en calidad de periodista ni educador, sino como ciudadano y «poeta. Daré el punto de vista de un poeta que supo lo que es vivir en exilio, en soledad, incomprendido».

«Claro que comparto los buenos consejos de Amos en aras de que entendamos a los sunitas y lo que realmente sucede en Oriente Medio. Coincido: hay necesidad de reconcliación sincera… pero, por de pronto, no la hay y que Deborah Amos lo diga es importante. Despeja caminos de entendimiento…», explicaba. «Los extremistas conservadores, pro-belicistas y cabilderos del aparato militar y de seguridad interna en los EE.UU., no quieran que Deborah diga esas cosas. Dicen que su libro es perturbador y que ella da una defensa a los árabes en la coyuntura de esta hora publicitaria que pide el odio [por ellos… ‘¿por qué ella está defendiendo a los sunitas y los árabes’ si ellos representan el Eje del Mal?… Pues, el hecho que los escritores y los periodistas que se precian a sí mismos no están para instigar esos odios. Su función es fortalecer la consciencia crítica de quien la tenga, o la quiera, o incentivar a que se forme. Hoy es Mercurio quien
tiene que irse elevando hacia su vibración más alta, que tiene mucho de sacrificio y de labor oculta. Es como redescubrir nuevos alfabetos, más universales, no sectarios, de entendimiento…»

«Sabía que habría tal actitud en un colegio conservador como Chapman, donde estudian los hijos de familias de clase media alta o ricas. Me pengo ahora los zapatos, no del educador, sino del ciudadano judío…. con el verdadero espíritu del judío, en momentos en que hay que ponerse en la octava superior de Mercurio, el planeta de la prensa… Cuando uno se pone una octava arriba de Mercurio, es como si pusiera en ese nivel de transposición los temas que aquí discutimos, ahora vistos a la luz de la Torah transformada ya que la Torah / que todo el mundo lee / está contenida en la primera Torah… Yakov Leib y Joaquín Blech describieron la Torah orginal que Moisés mismo destruyó o pospuso que se entregara porque no la quisimos. Los pueblos tienen etapas en que menosprecian lo valioso, lo mejor… y no lo comprenden.»

«Esa primera Torah Moisés no la pudo dar, porque los judíos no estaban preparados para entenderla… pero ahora no es cosa de judíos exclusivamente… Los estadounidenses no entienden su Biblia y se vuelven escrituralistas. Los cristianos de Occidente son parte del problema porque no entienden los escritos sagrados. Sea el Corán o la Torah. El analfabetismo espiritual es parte de este problema mundial que ahora a los sunitas y a los palestinos los ha empujado al Desierto, en sucesivas diásporas, sea en Siria, Jordania o Líbano. O en el caso Palestino, se les empuja fuera de lo alrededores de Jerusalén e Israel. El fundamentalismo, así como el escrituralismo, son nuestras actuales idolatrías y los llmites claros de mnuestro entendimiento. Ya es hora de comencemos a buscar los sentidos ocultos de esos viejos alfabetos, que funcionaron alguna vez; pero ya no funcionan…»

Lo que yo enfoco es que el mundo actual no ha aprendido aún a elevarse a esa vibración de espíritu (la neptuniana, por decirlo con este símbolo) para plantearse cuestiones de ética, de paz, de cambios en política y administración ante conflictos e identidades colectivas. Somos tribales e ineptos para entender las necesidades espirituales de otros pueblos y la necesidad básica, la convivencia social… De ésto habló el poema de la Bait: la geo-existencia…»

«Propuse a los estudiantes en Chapman que enfocáramos el libro de Deborah Amos (Ver) y esa discusión posible en la esfera de Neptuno, es decir, en la octava superior, donde Neptuno es el Mensajero de una nueva idea. Todo el mundo entiende a Mercurio, como mensajero de los dioses, Mercurio es esencialmente una deidad griega, o arquetipo abundantemente discutido. ¿Cuánto periódicos no se llaman El Mercurio? Sí… esa metáfora está clara. La mente mercurial, explosiva, la cíclica reiteratividad de los conflictos humanos, utiliza como vehículo más importante a la prensa, la exposición informativa… seguirá siendo importate, pero nuestro mundo ya necesita una octava más arriba. Necesita el mensaje de Neptuno, que suele ser el momento en que nace desde lo oculto la sabuduría. Tanto la Biblia cristiana, el Corán, el Talmud y la Kabbalah son de naturaleza neptuniana… han nacido en las edades regidas por Neptuno, el llamado «planeta de
nebulosas», o del «misticismo y la religiosidad». Todos esos libros tienen un lado poético. Una puerta que no es literal, que es alegórica, y es volver sobre esos materiales a interpretar y redescubrir que será posible el poema de la paz, el poema de los sacerdotes-ciudadanos, haciendo suyos los libros que hoy sólo pretenden que los dicta un Ayatolla o un celote».

López Dzur habla con entusiasmo de esta faceta de escritor y poeta que acude a fuentes como son los textos de la Torah, la Kabbalah y dice que cada letra del alfabeto para él es «pre-diciente», cita a Heidegger. Y agrega que son letras poderosas para originar ideas y actitudes nuevas, en el ámbito personal como en el político.

«Y son 22 letras para pensar en torno a ellas. No es sólo la letra Bait, la Convocatoria a un Decir Inicial. «Mi señalamiento es que cada letra tiene una potencia física tal que cambia mundos, o los recrea, o los acaba de exterminar, si fuera necesario… Entre las diez primeras diez letras del alfabeto hebreo, estén los agentes activos de la Creación, según se lee del pasaje: «Bereishit bara Elokim et ha-shamayim v’et ha-aretz» / En el principio creó Dios los cielos y la tierra… y los hombres pueden vibrar las letras del Verbo, poetizar el nuevo bereishit de la Creacoón Social», dijo el poeta, autor de los libros «Teth, mi serpiente», «Tantralia», «Libro de la guerra» y «Libro de la amistad y el amor».

Al abundar sobre los significados de Bait, López dijo que: «La Tierra de Israel, en la Kabbalah, es considerada como un Templo; es sagrada y descrita con la metáfora «La Novia de Dios». Antes del primer Exilio del pueblo judío, el Culto a la Madre tuvo predominancia. Este pueblo fue de hecho no menos politeísta que los antiguos cananitas. Durante estos años, la líbido heterosexual del pueblo fue sana y armoniosa. No eran el mejor de los pueblos, tampoco el peor. Tenían el lenguaje sagrado y promisorio; pero, no el libro esencial que explicara lo que hoy sabemos. Como todo saber de oídas, lo mejor de lo que oyeron se fue disolviendo, o convirtiéndose en desfigurados lugares comunes… y lo que se da como justicia, cuando una comunidad pierde el respeto a lo Sagrado, a todo y a todos, se vuelve kármico. Hoy no sabemos qué realmente significa ser Novia de Dios. Los judíos cambian la Novia de Dios por poder y pedazo o pedazo menos de
asentamientos en la Franja de Gaza o las Alturas de Golán…»

«Benjamin Blech, quien fue quien me indujo a estudiar el hebreo, antes de la publicación de su libro ‘The secrets of Hebrew words’ [Northvale, NJ: Jason Aronson Inc., 1991], explicó que hay, en rigor, dos alfabetos. Uno con que se forman meramente las palabras que todo el mundo articula, pero el más importante es el segundo y oculto alfabeto, dentro del ya conocido, es uno que los hebreos no comprendieron ni recibieron. Esta negativa a recibirlo data del primero y el segundo exilio. El sufrimiento visible de los pueblos siempre está asociado al Desierto, «la soledad sin caminos», donde hay que aceptar la Fuente de lo Alto, o morir o vagar. A esos procesos que le han sobrevenido a los judíos desde Moisés al Holocausto y que todavía no se comprenden… Benjamin Blech me enseñó a leer la historia judía desde nuevos códigos cuando decía lo siguiente: «El segundo alfabeto requiere sabiduría de la retrospección. Es el mensaje oculto en
reversa, donde la letra tav es igual a la aleph, shin = bet, resh = gimel, y así por el estilo… Este es el proceso de transformar una palabra en otra al transposicionar cada una de sus letras por su componente ‘at-bash’, a la cabeza, o asociaciones intermedias… La forma impresa de cada letra es una manifestación física, la existencia objetiva de este alfabeto en el mundo; pero la forma puede ser interpretada en términos de componentes estructurales de cada de cada letra, como una especie de retrato del carácter temático de cada letra (o muchas otras, si aplicara), de modo que se unen dos opuestos en una unidad holística, el mismo concepto del yin / yang. Ginsburgh describió ésto como el Poder Divino de contener dos opuestos simultáneamente».

En palabras del Rabino Shlomo ibn Aderet, «la paradoja de paradojas: La exaltación de Dios y su cercanía al hombre se unen con su bajez y su distancia con respecto a Dios»…

«Y ahora te voy a decir que interpreto yo cuando veo a los sunitas, a los iraquíes, después de la Caída de Saddam Hussein y la Invasión estadounidense. Están en la misma situación vivida que los hebreos durante sus sucesivas Diásporas. Este es el proceso que Deborah Amos discute en su libro, con profunda sensibilidad neptuniana, no como mensajería de Mercurio / la Gran Prensa o Big Media vendida al imperialismo y el capitalismo global. Veo los temas de La Tierra / La Casa / La Tierra Prometida / y La Tierra Perdida, el Desierto. Los sunitas, como el palestino lo está ya, estarán por un rato más viviendo lo que el judío vivió. Este es el mesaje de Bait, la Letra Sagrada, la que Heidegger aludió como la del poetizar, el Pre-Decir [die Vor-sage], el Decir inicial, que acontece para que se favorezca lo que todavía no se ha hecho y no se hará con lo meramente presente. Falta el retomar el alfabeto nuevo, el primero, el que rechazamos por
bailar alrededor de un Becerro de Oro y nuevas formas de desesperación y ego, como es el extremismo de las guerrillas o el terrorismo».

«Este definición hedeiggeriana del poetizar como pre-diciente y del quehacer poético, o la poesía como «guardiana de lo sagrado», despejadora-proyectante de la fantasía, desmiente que Neptuno sea un momento para tener los ojos ciegos, la boca callada y el corazón sin lucha, por darse a reclusión y rezos, no es eso ni lo que Heidegger ni lo que la Kabbalah dice. Cualquier época, o momento astrológico, cosmológico e histórico, puede propiciar las tentaciones con la estafa, engaño, violencia, dogmatismo, fanatismo; pero, para guardar lo Sagrado se dan los Grandes Libros se dan los momentos de Neptuno. Elevar la calidad de la información de Mercurio. Reevaluarla. Y uno de los libros y momentos que están en juego, «at isuue», es el Corán, otro el Talmud (la Torah) y la Biblia. Todos nacieron por causa de hombres y pueblos que respetaron un gusto elevado por lo Bello, el Arte, la Música, la posibilidad de crear esencias más sutiles que la
animalidad… Todos estos Libros, por lo que son especiales, objetos de cierto culto, es porque están vinculados a una capacidad de devoción increíble (tan grande como el sacrificio) por una meta mayor… una capacidad que nos trasciende hasta lo extrasensorial o nos hace hipersensibles».

En el poema «Convocatoria al Decir Inicial», el poeta es quien descubre esta nueva riqueza secreta y paradógica del Lenguaje. Es aquel que no habla, invoca o recita ya no con el lenguaje gastado del primer alfabeto, «En cambio, mi anhelo es la música escondida / que todavía no es canción en la boca del mundo», dice el poema compartido por Carlos.

En la poética kabalística de López Dzur, el encuentro con ese nivel que Benjamin Blech, describe en su libro The secrets of Hebrew words vuelve a hacerse obvio en el texto El síndrome de Ajab y la desobediencia del Jash.
Deborah Amos, cuando describe la experiencia de los sunitas, especialmente, en Siria, o cuando los describe marginalizados dentro de su propio país, después que habían tenido la casi totalidad del poder en sus manos durante la dictadura de Saddam Hussein, me hizo recordar lo que yo cuento en mi poema El síndrome de Ajab, que es el mismo que padecieron los judíos y ahora los sunitas. Hablo de un proceso de sanación y cura que debe comenzar con el silencio («Jash»); pero ese silencio no se ha dado. Ajab, como el viejo heredero de Jacob, hoy se representa con los sunitas y estén en desobediencia. Quéjandose, pero sin analizar cuáles fueron sus culpas… Las que tuvo el pueblo judío están aludidas:

«De qué me hablas si fuiste tú,
simiente de Ajab, quien eligió la hija
de Itobaal, ruidosa jezabeel de las consignas,
alharaquienta y campanuda guarra
de las ceremonias, ferozmente tribal
para el nominalismo y el tabú?»

Con ella, has adorando sus baales en la noche.
Cómplice has sido de que asesine mis profetas de día.
Tú no amas la guerra, pero la consientes;
no amas el robo, pero si te beneficia
admites la porción con ventaja secreta.
Normalidad adjudicas a poses que sólo en la prensa
legítiman las señas de piedad, arrepentimiento
y buen sentido, aunque sepas cuán venenosas
y mentidas son; como fingidos orgasmos
en la cama con ramera a quien se paga
con ofrenda sus lujurias y aún discute».

Con el primero y segundo exilio, algo comenzó a cambiar entre los judíos. «Es un proceso de inhibición instintiva, activado durante el primer exilo», según Theodor Reik lo estudiara y comparara con experiencias de pueblos más antiguos, en The Puberty Rites of Savages, en Ritual-Psychoanalytic Studies (Farrar, Strauss & Co.) New York, 1946.

El impacto de la pérdida de la Tierra (que equivale a la Novia Divina, a la Madre Natural, así como la Morada / Templo /, fue tan grande que del Culto a la Madre se ha pasado al Culto al Padre, a la renuncia de los impulsos heterosexuales originarios. En hebreo, con la letra «Bait» (símbolo de la Casa o Morada) se escriben las palabras «Esposa» e «Hija». Esta nueva etapa patriarcal y monoteísta, iniciada por Moisés, es la que Sigmundo Freud estudiara juzgando al judaísmo como una religión de «renunciamiento instintiva», donde la «Bait» (Esposa, originalmente) ha sido convertida en obsesión de «Hogar» / «Morada» / algo más espacial y práctico que referente a una relación espiritual con una Hembra o una Divinidad. «El Culto al Padre es un culto a la disciplina y la fuerza, al Guerrero; este guerrero ha sido convertido en un Padre Terrorista, no en un revolucionario de índole espiritual; padre-invasor, expropiador y saqueador», dice Carlos López Dzur.

Sigmundo Freud, quien es quien más se ha interesado en el estudio del impacto del exilio o la diáspora judía, en la psiquis de este pueblo; explicó otras consecuencias. Destaca un «fortalecimiento de la líbido homosexual» de los varones al verse privados de los cuerpos de las hembras, ya sea por las prohibiciones a la prostitución sagrada o ritual, el incesto entre hermanos y o la separación de la tierra y casa de sus afectos (cf. Freud, Totem and Taboo); por ésto se acusa a Moisés de querer retener a los hebreos en el desierto, «para que no se hiciesen agricultores y constructores de casas». También se explica que la pérdida del Segundo Templo sirvió de «catalizador de un proceso de intelectualización y renunciamiento instintivo».

López Dzur  dijo que Freud reconoció que Moisés iba en camino a imponer una religión «demasiado espiritual» y que el pueblo no estaba preparado para admitirla. Dando estos antecedentes, López, sin embargo, no concluye que «en la práctica, sea Moisés quien se convierta en el Primer Represor de la Tierra Prometida / Madre Tierra (el Cuerpo Materno) con la Disciplina del Padre y, en consecuencia, el inspirador del parricidio entre los hijos» («in the lust for the body of the mother») y, sucesivamente, explica sus textos sobre Moisés y el verdadero sentido redención y profecía mesiánica.

«Que el pueblo no estaba preparado para recibir la enseñanza de la primera «Torah» / Torah D’Atziluth, o de las Emanaciones, directamente escritas por el «dedo de Dios», lo reconoció Moisés al entregar la Torah D’ Beriah, o la segunda versión o «re-hacimiento» (Ex. 32:15). Que en el mundo por venir la primera Torah / la original / será reotorgada es algo en que concuerdan los escritos / Midrashim / de los rabinos, asegurando además que «Toda la Torah que se ha compartido en este mundo es vanidad comparada con la Torah del mundo venidero». (En la Edad de Mesías, Zerubbabel y Elíjah (el porfeta Elías) vendrán «a explicar y exponer todos los secretos de la Torah y todo lo que ha sido torcido y distorsionado (en su presenteforma): Halakhot G’dolot».

«La paz en Oriente Medio tiene que ver con el Regreso a la Octava Esfera del Canto. Del poema invocativo de nuestra Fe. Si es usted árabe, sunita o chíita, vuelva al Corán y léalo desde una esfera más alta que la que le dicta la Ley, la Tradición o la Sunna. El judío que lea su Torah o rece sus oraciones; pero sepa que es tiempo de que se lea no como en el canon de fariseos, saduceos y celotas… hay que volver al momento en que nacen los Libros Sagrados y recuperar el original que no se quiso. Esta es la idea que yo desarrollo en mis libros de tema hebraico y kabbalah. Que nuestras maneras de creer y adorar ya no nos sirven. Le falta el alfabeto verdadero. Leemos como idólatras, no como seres humanos llamados a elevarse en sensibilidad:

Con Jezabeel, eres tú el mayor amigo
de sus deslealtades. Ella fornica con ídolos:
el lujo del consumo, el orgasmo bipolar
del chisme, la venganza, la boca que despacha
su voz de discordancia, con los labios publicitarios
del lipstick y las cejas levantadas con el hito
de divas de gran pose y aplaudidos esplendores.
Se adorna con lujurias y vas por su animal encanto
y burla el alma gemela que se te dio
en el principio; tú eres la causa de violencia».

Bibliografía:

Benjamin Blech, The secrets of Hebrew words [Northvale, NJ: Jason Aronson Inc., 1991].

Reb Yakov Leib HakoHaim: Two Torah of Kabbalah / Donmeh West, 2004

Erica L. Schultz: The Mystical Dimensions of the Aleph-Bet, 1995

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.