Cultura

Celosías del recuerdo: Celosías en celo, de Khédija Gadhoum

Memorias otras / otros abriles / nostalgias que residen / aún estampadas / en tu adorado y remoto / kilim”. Con estos versos, a modo de frontispicio, abre Khédija Gadhoum su primer poemario, Celosías en celo. Una imagen con la que reivindicar, simbólicamente, sus raíces: los hilos de toda una existencia con los que se ha hilvanado la experiencia vital y que encuentra sus orígenes en el estampado de un colorido kilim.

celosias en celo Khédija GadhoumEscribía Jaroslav Seifert que “recordar es la única manera de detener el tiempo. Y no solo el tiempo en sí, sino la lujuria de su voracidad que amenaza con devorar todo aquello que un día nos perteneció y que nos conmovió mientras paladeábamos el sabor de la existencia. La poeta, con el recurso de la palabra, hace funcionar la memoria como método, y con ella convierte a la historia personal no en un mero acta notarial de su vida, ni en una crónica o una autobiografía, sino en una realidad transubstanciada de donde van emergiendo recuerdos, imágenes, experiencias, locomotoras desvencijadas de la sncft, platos y postres con oliva, comino, coriandro y vainilla o largas filas indias de niñas alineadas en el polvoriento patio central de un colegio tunecino.

Y esto es lo que logra magistralmente la profesora Khédija Gadhoum con la entrega de Celosías en celo. El texto ha sido concebido como una armónica miscelánea de recuerdos e imágenes (“de nuevo los vientos del SUR / vuelven roncos y viejos / vuelven / para conquistar mi desolado corazón”) que interactúan, de forma precisa, con el presente y con los acontecimientos más inmediatos. Celosías en celo es un magnífico poemario que ha de entenderse desde la perspectiva de una experiencia fragmentada que la poeta articula a modo de propuesta existencialista, una especie de juego cubista, con el que Gadhoum deconstruye sus vivencias en numerosos planos sucesivos, donde confluyen y se encastran pasado, presente y futuro, insertos en la misma realidad objetiva (“a coro cromado los nobles mosaicos del ayer / le cantan al tiempo su hoy”), con el fin de analizar, reflexionar, acerca de la condición de la existencia humana: identidad, libertad, responsabilidad individual, emociones y significado de la vida y de la muerte, que conforman la integridad de una misma realidad poliédrica.

Dice Silvia Adela Kohan que “el poema no es un fragmento de la vida del poeta, sino una realidad transfigurada. Y ese arte lo posee, sobradamente, Gadhoum pues desde su maestría en contar sus experiencias hace posible que se universalicen en el momento en que los personajes se convierten en nosotros mismos y nos identifican, y nos llevan también a nuestros recuerdos, y nos sanan, y nos redimen, y nos salvan. Imposible no reconocerse, solidarizarse y conmoverse con el poema “Habiba”, dedicado a la madre, recordando la alegre voluptuosidad de las prendas blancas oreándose libres y ligeras, o conmoverse con el “dégage” que cantara el pueblo tunecino tras la liberación de la dictadura de Ben Alí y que se recoge, pleno de emoción, en el poema “Milonga oriental”.

En lo conceptual, su poesía hace apuesta por el verso libre, inclusivo de reminiscencias vanguardistas, con preconcebidas disposiciones versales (escalonadas o verticales, como los magníficos poemas “Norte”, “Higiene femenina”, “Milonga oriental” o “Los límites de la palabra”), incluyendo algunos juegos tipográficos que dotan a diversos poemas de una belleza plástica inusual.

En el discurso poético-ideológico priman los conceptos de realidad y claridad, que es tanto como decir razón y utilidad, bajo los principios irrenunciables de laicidad, libertad y humanidad (p.38).

Una poesía bien construida y fundamentada, pero desesperadamente abatida por el presente más cotidiano (“¡qué bonito sería vivir una sola jornada / sin darse cuenta del afanoso existir! / ¡qué afortunado sería el vuelo / sin trazar el camino de regreso!”), de rango civil, subyugada por un coloquialismo sencillamente humilde e impregnada por la aceptación de las señas de filiación sureña (poemas “Ouchem –tatuaje-“ o “Celosías en celo”) y reivindicación de la propia identidad (poemas “Amanecer 6”, “Norte” o el definitivo “Aswad –negro-“, en el que leemos estos bellísimos versos: “conversando con mi madre un día / me di con mis propias señas de identidad / negra”). Es la de Gadhoum una poesía de aproximación más que de profundización, al modo en que el poeta andaluz Álvaro García ha venido a definir a la poesía contemporánea: “Huyamos de cualquier palabrería. / Digamos solamente lo esencial, / tan sólo las palabras para crecer y amar / y el nombre más sencillo y útil de cada cosa”.

Escribía el poeta Paolo Ruffilli: “He aquí mi sueño de escritor: quitar peso, el mayor posible, a mi escritura… Para pronunciar verdaderamente lo sublime, pienso que es preciso salir del calco, de la huella, de un rastro sutil. Por una ley de lo inversamente proporcional: cuanto más bajo es el tono, tanto más alto es el efecto..

Algo parecido a lo que ya dijera Ramón M. Del Valle-Inclán: “Los grandes poetas eliminan los vocablos vacíos, las apoyaturas, las partículas inexpresivas y se demoran en las nobles palabras, llenas, plásticas y dilatadas.

Así es la poesía de Gadhoum en quien claridad o utilidad no vienen a significar menoscabo de un intenso proceso reflexivo, ya que su lírica revela “muchas horas gastadas en meditar sobre los enigmas del hombre y del mundo”, al decir machadiano. En Celosías en celo los poemas van mucho más allá del inmediato concepto o de la mera crónica cotidiana; los personajes y su contexto han dejado de ser lo que representan para reunirse en el espacio que delimita la intemperie del poeta y experimentar en ese espacio la trascendencia de la palabra.

Khédija Gadhoum

Khédija Gadhoum

Gadhoum ha elaborado un significado poemario que se acomoda en los brazos de una lírica existencial para, con un mensaje preciso (donde la expresión doliente de la vida se hilvana intensamente con la pasión de los sentimientos), hacer altar de la memoria y a través del crisol de los recuerdos, alambicar el sufrimiento y conseguir, con ello, la salvación, la liberación, la redención: “escribir / es resistir el NO / su eventual duelo / en su precisa eternidad”.

Khédija Gadhoum nació en Túnez y reside es los Estados Unidos. Es doctora en Literatura y Cultura Latinoamericanas por Ohio State University. Actualmente es Profesora de Español y Consejera de Estudios Internacionales en The University of Georgia, en Athens, Georgia (USA).

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.