Sociopolítica

Perspectiva de Género y Justicia ‘a la española’, me robaron a mi hija

La Perspectiva de Género necesita de la colaboración de la ‘Justicia’

El tiempo pasa y nos vamos poniendo viejos… vamos viviendo, viendo las horas, que van muriendo, las viejas discusiones, se van perdiendo entre las razones. A todo dices que sí, a nada digo que no, para poder construir, la tremenda armonía, que pone viejos, los corazones…” Pablo Milanés.

Pues sí pasan los días, los meses, los años y cada vez peino más canas y mi hija, de la que “me divorciaron” cuando ella apenas había cumplido los tres añitos, ya ha acabado alcanzando la “mayoría de edad” oficialmente, y en el curso que está a punto de comenzar se irá a estudiar a bastante distancia del domicilio de su madre, motivo por el cual estoy un tanto esperanzado, pues tal vez así logre escapar, librarse en algún grado de la perniciosa influencia de la que está siendo víctima desde hace más de tres lustros, tal vez con la distancia física acabe sacudiéndose la manipulación y el lavado de cerebro que está sufriendo, tal vez de ese modo acabe disminuyendo la alienación que sufre…

Hay que reconocer que a lo largo de años de manipulación –muy eficaz, pues posee esa capacidad y ese “mérito”- la madre ha conseguido hacerse la mejor amiga de su hija –de nuestra hija- a la vez que la apartaba de mí y de mi familia extensa. En esa labor concienzuda, perseverante, a la que la mamá le ha dedicado una especial atención de años, cuyo objetivo era excluirme de todo lo concerniente a la educación y a la crianza de muestra hija, hay que reconocer también la entusiasta colaboración e implicación (necesaria e imprescindible) de jueces y fiscales que afirmaban una vez tras otra en sus resoluciones, autos, sentencias que lo hacían para preservar el “favor filii”, el interés superior del menor…

Espero que algún día alguien me resuelva la enorme duda, el profundo misterio que no logro desentrañar, acerca de en qué beneficia a un niño, o a una niña el que se le aparte de su padre y se le convierta en huérfano, se le prive de su amor y de sus cuidados y un largo etc. tal como se hace en España un día sí y el otro también.

Pues sí, pasan los años y pese a que aún no he perdido del todo las esperanzas, cada vez veo más lejano el día que de algún modo recupere a mi hija… año tras año me han ido matando, sí, así como suena, me han convertido en un individuo prescindible, me han condenado a ser sencillamente un “alimentista” (así lo denomina el Código Civil Español) a la vez que me privaban de cualquier posibilidad de ejercer lo que los franceses denominan “autoridad parental”, y en España se llama patria potestad.

Mi hija se ha perdido mi participación en su educación y crianza, pues fui excluido por la mamá y por los jueces y fiscales de toda posibilidad de intervenir en la toma de decisiones en todo lo referente a su salud, sus estudios, su alimentación, la enseñanza religiosa,… hasta lo referente al tiempo de ocio.

A mi hija le fueron inculcando contravalores, se la educó en el engaño, en la idea de que es lícito moralmente mentir y traicionar para triunfar –incluyendo a su propio padre-; y lo que es más grave aún: ha interiorizado una forma perversa de relación con los demás en general y en lo referente a ir al encuentro de gente de su edad, y establecer relaciones amorosas.

Son muchos, demasiados los jóvenes españoles víctimas y huérfanos del divorcio, de las perversas leyes españolas sobre guarda y custodia de menores, cuyas consecuencias se podrán comprobar a no mucho tardar, en las generaciones que nos sucedan (me dirán que esto es una epidemia que también afecta a otros países, a otras naciones, pero no es ningún consuelo)

Cuando esto escribo, acabo de leer noticias relativas a la última moda que, al parecer se está extendiendo peligrosamente entre los adolescentes y “adultescentes” españoles, hablo de fiestas “orgiásticas” que llaman “ruletas sexuales” que ya está dejando terribles secuelas…

Inevitablemente me vienen a la mente las reflexiones que Thomas S. Szasz hace en su libro “El segundo pecado”…

Entre otras muchas cuestiones Szasz afirma que la permisividad consiste en tratar a los niños y niñas como si fueran personas adultas, y así asegurarse de que nunca lleguen a la adultez.

Sin duda ésta es la mejor definición de la pedagogía de moda que se resume en la frase “¡Ah,…yo no tengo problemas, yo soy la mejor amiga de mi hijo! (También presente en los centros de estudio: “yo soy el mejor amigo de mis alumnos”)

También afirma Szasz que existe hoy tendencia a tratar a los niños y jóvenes como si fueran adultos y a los adultos como si fueran niños. Se trata de infantilizar a los adultos, para que tengan un comportamiento pueril.

Paradójicamente también se pretende que los niños y jóvenes se comporten como adultos, como resultado se tiende a una especie de “adultismo”. La capacidad de acción de los niños (y sus “derechos”) se amplía de forma ininterrumpida, sin límites, al mismo tiempo que se restringe, se reduce la capacidad de acción de los adultos. Protegiendo a los niños y jóvenes de los supuestos males del autoritarismo, y a los adultos de los supuestos males de la competencia, el Estado va acentuando cada vez más el control sobre los niños y adultos a la vez que las autoridades afirman que se hace por su bien, que de ese modo se les está “ayudando”.

Tampoco tiene desperdicio la afirmación de Szasz de que no es lo mismo intimidad que amistad; por ejemplo: se puede conseguir intimidad mediante el acto sexual, pero esa “intimidad sexual” no implica necesariamente amistad o amor, o ambas cosas.

Perspectiva de Género

ideología de género

Foto: ifvmes.wordpress.com

Y… ¿Por qué saco a colación todo esto cuando les estaba hablando de la orfandad a la que los jueces, los fiscales y su propia madre han condenado a mi hija de forma estúpida y cruel? Pues muy sencillo, porque estas son algunas de las terribles consecuencias de la propagación, extensión, omnipresencia y aplicación de la llamada “perspectiva de género”, ideología totalitaria, liberticida que tiene por objetivo destruir la Civilización Occidental, empezando por la familia.

En diciembre del año que viene se cumplirán cuarenta años de la traducción a la lengua española y edición en España del libro “El manifiesto Scum” escrito por Valerìe Solanas. “Hitler con sostén”, la llamó Francisco Umbral en un artículo que le dedicó a tal evento que, llevaba por título “Dulce Vàleri” en diciembre de 1977, en el que ya alertaba de los peligrosos alcances que podría tener la implantación de una ideología entonces considerada extravagante y por tanto inocua.

Luego fue el gobierno “socialista” de Felipe González, inspirándose en “la biblia” del feminismo de “género”, el que pasó a la Historia por haber importado el invento, y ser el principal promotor de la ideología de género en España, creando el Instituto de la Mujer.

Labor que continuó el gobierno “popular” de José María Aznar poniendo en marcha los Institutos de la Mujer en cada una de las regiones españolas. También tuvo el gobierno de Aznar el dudoso honor de ser el primero que legisló para perseguir a los hombres y privarlos de sus más elementales derechos, tales como la presunción de inocencia, poniendo las bases de la ley “socialfeminista” de 28 de diciembre de 2004, ya con el gobierno “socialista” de José Luis Rodríguez Zapatero, la más perversa y terrible de las aprobadas desde la muerte del General Franco hasta la actualidad.

La introducción en España de la perversa, totalitaria, liberticida “perspectiva de género” llevó acompañada la idea, que entonces se consideraba disparatada, y ahora está plenamente asumida por una enorme cantidad de gente, de que los hombres tienden por naturaleza y por cultura a establecer relaciones de dominación con las mujeres, vejatorias, subyugantes, intrínsecamente violentas, llegando a equiparar cualquier acto sexual consentido, entre hombre y mujer con una violación.

Y algunos ilusos aún piensan que es posible que se generalice la custodia compartida tras el divorcio, que ningún niño y ninguna niña sean privados de contacto con sus padres y con la familia extensa de sus papás, salvo que haya pruebas de maltrato, desamparo o abandono.

Y aún muchos siguen sin darse cuenta de que los que importaron la terrible doctrina neomarxista, de nombre “perspectiva de género”, no pararán hasta banalizar definitivamente las relaciones afectivas entre hombres y mujeres, no pararán hasta que la totalidad de las mujeres perciban a los varones como el enemigo a batir, no pararán hasta implantar un régimen de apartheid por razón de sexo, una homolesbodictadura en la que unos (los que nacen con pene) sean “menos iguales” que el resto de la población.

Pero, todavía no es demasiado tarde, todavía tiene remedio si los que consideramos que hay que fortalecer a la familia, fortalecer el amor conyugal, y que las familias recuperen el derecho a educar que nos ha arrebatado el Estado, nos unimos. Pues, si lo hacemos sin duda lograremos contrarrestar las terribles consecuencias, los terribles alcances de tan peligrosa doctrina.

Por supuesto, para empezar hay que dejar de apoyar, de votar a partidos políticos que crean normas y llevan a cabo acciones para destruir a nuestras familias, o apoyan de manera entusiasta leyes que pretenden privar a los varones de sus más elementales derechos constitucionales, y en segundo lugar, por el contrario, invitar a amigos, familiares, vecinos a que voten, a que apoyen, a que se sumen a partidos políticos que defienden a ultranza, sin reservas, sin restricciones a la familia y los valores de la Civilización Occidental Judeocristiana.

A que apoyen a opciones que no promuevan el odio, la confrontación, la lucha de sexos, y que por el contrario promuevan políticas encaminadas a la resolución pacífica de los conflictos, promuevan la mediación familiar, o en cualquier otro ámbito relacional; pero, claro, que también promuevan leyes que se apliquen con contundencia, sin miramientos cuando alguien atenta contra los derechos de los demás, no respeta el derecho a la vida y a las propiedades de los demás, etc. pues no olvidemos que el gobierno debe tener como principales obligaciones el velar por el cumplimiento de los acuerdos entre particulares, la persecución y el castigo de quienes delinquen y defendernos de cualquier agresión que venga del exterior…

Cualquier otra cosa está de más, debe estar fuera de las atribuciones de los gobernantes, y menos el entrometerse en la vida privada de los ciudadanos o usurpar la potestad, el derecho de las familias a educar a sus hijos.

¡Está en juego nada más y nada menos que el porvenir de nuestra sociedad, de nuestra nación!

En fin, como decía una canción de mi paisano, Pablo Guerrero, para huir de la muerte nos amaremos, sin horario, sin ley… así, sencillamente, para huir de la muerte.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.